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La pareja del siglo

Noticia extraída de Diario Sur, 14/04/2007

Las Hermanitas de los Pobres de Málaga han decretado dos días de fiesta. El motivo: los cumpleaños de Pilar y José, dos abuelos que celebran sus primeros cien años con una salud de hierro

TEXTO: MARÍA JOSÉ CRUZADO / FOTOS: CARLOS MORET / MÁLAGA

 

PILAR y José están abrumados. Llevan horas acicalándose. Él, traje de chaqueta y pasador en la corbata. Ella se ha puesto sus alhajas de oro, un pañuelo rosa de satén que ha pedido expresamente para la ocasión y un abanico de madera. Con sus mejores galas avanzan por el pasillo de las Hermanitas de los Pobres de Málaga hasta el salón de actos donde les esperan las monjas de la residencia, los voluntarios y sus familiares para celebrar sus cumpleaños por todo lo alto. A sus espaldas, un siglo de vida.

La ocasión es tan importante y tan solemne que las hermanas han decretado por unanimidad dos días de festejos para la pareja del siglo. Ella cumplió cien años el pasado 12 de abril, él, los mismos cinco días antes. Y para celebrarlo, hasta la Tuna de Derecho ha decidido cantarles aunque sea en viernes 13, sobre todo, a Pilar, que siente adoración por la tuna, centenaria también como ella.

Buena memoria
Ambos tienen una salud de hierro. José, además, conserva su prodigiosa memoria. «Recuerdo cuando era pequeño y me subía a los árboles, y de mi novia Eulalia... ¿Ay! -suspira- también recuerdo cuando mis padres murieron. Yo tenía cinco años. Mi madre 42, mi padre, 45. Corría el año 1912. Los dos cayeron enfermos y murieron jóvenes».

No es el caso de José que a sus cien años sigue fuerte como un roble. «Hace dos años le operaron del fémur -explica una de las monjas que lo cuida-, una intervención quirúrgica tan complicada que pensamos que el hospital nos lo había enviado para que muriera aquí en paz, sin embargo, un día empezó a andar, y ya lo ve, de lo más jovial». No es el único caso de la familia. Su sobrino José Luis recuerda que una tía abuela suya acaba de cumplir los 102 años.

El secreto de la vida
José tiene una teoría para su inusual longevidad: el aceite de Jaén, de donde es natural. «Nací en Porcuna y me crié en un cortijo con buen aceite y buen pan, por eso estoy así de sano», y aunque su vista empieza a padecer de cataratas, todavía conserva sus habilidades de manitas. Se hace llamar a sí mismo, no sin ironía, «traumatólogo de imágenes» porque con todo cuidado repara los huesos de arcilla de los santos que adornan la residencia de ancianos. Soltero y sin hijos, José ha vivido casi toda la vida con su hermana y sus sobrinos, hasta que estos no pudieron cuidarle y lo ingresaron en las Hermanitas de los Pobres. De eso hace ya 15 años.

El caso de Pilar es distinto. Ella sí se casó y tuvo una hija, pero su marido murió cuando ella tenía 39 años, y su hija falleció hace cinco. Hasta entonces vivió con ella, pero los constantes cuidados que requería hizo que sus cuatro nietos decidieran ingresarla hace tres años en la residencia de ancianos. «He trabajado mucho y he pasado muchas faltas», -dice Pilar. Pero cuando se le pregunta si está viuda o tuvo hijos, lo niega y si se le pregunta quien es el rey de España responde con avidez: «Alfonso XIII y Victoria Eugenia». Su cabeza, a veces, le juega malas pasadas. Una de sus nietas asegura que se evade de la realidad y se instala en el pasado y «otras se niega a hablar de mi madre, para no hacernos sufrir y para no sufrir ella. Sobrevivir a una hija es algo muy duro».

Los dos han sobrevivido a la pérdida de seres queridos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, a una guerra, a una posguerra aún más cruel, al hambre, al trabajo, y a la soledad. Ayer no tenían cien años, tenían 20, tocaba la tuna, sonaban pasodobles, y podían soplar velas «como cuando éramos chicos».

 
CARIÑO. Los dos abuelos estuvieron arropados por sus familiares y las hermanas de la residencia. 

PROGRAMA CENTENARIO

Las Hermanitas de los Pobres han elaborado un programa de actividades de dos días de duración para celebrar el cumpleaños número 100 de sus dos inquilinos más ilustres: Pilar Verdugo y José Fuillerat.

Viernes, 13

Tarta: En la gran tarta de nata, las hermanas habían escrito con chocolate: «Gracias Pepe por dejarnos compartir tus 100 primeros años».

Pregón de fiestas: A cargo del capellán José Carretero.

Actuación musical: Canta 'La coral de todos los tiempos' formado por mayores de la residencia y voluntarios.

Actuación del personal: Canciones folclóricas.

Tuna de Derecho: Con temas dedicados especialmente a Pilar.

Sábado, 14

Misa en su honor: A las 11 de la mañana.

Coro del Colegio de Abogados: Actuarán para los cumpleañeros y sus familiares.

Proyección: Los voluntarios han preparado una proyección en Power Point de la larga vida de ambos.

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