Más sobre Fedeoliva y su problema
Extraído de Diario Jaén del 05/06/2005
Crónica de la Semana por Juan Espejo
Una cosa es no querer molestar y otra molestar queriendo. A veces, ni lo uno ni lo otro, porque no hay verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira. Sigo con la misma cantinela, sin ánimo de molestar, digo que Fedeoliva no es un problema de todos, es un problema creado por un grupo de cooperativas que hizo causa común para ganar dinero vendiendo aceite, legítima aspiración donde las haya.
Sobre quien tiene la llave del futuro de Fedeoliva, los bancos, no habría que rociar más que buenas palabras.
Fedeoliva no es un problema de todos, es un problema creado por la pésima gestión de un equipo directivo que ha dejado en la estacada a varios miles de olivareros, que ni antes quisieron saber de cuentas ni ahora quieren débitos. Fedeoliva no es un problema de todos, es un problema de los bancos y las cajas de ahorros que confiaron ciegamente en unas personas de las que no se debieron fiar tanto. Por todo eso y también porque la sociedad de Jaén sabe, conscientemente, que los olivareros ni son tontos ni quieren peleas inútiles es por lo que reitero que Fedeoliva no es un problema de toda una provincia, por el que todos, vía impuestos, tengamos que cargar. Es un problema grave que hay que afrontar con cintura, imaginación y mucha mano izquierda, mucha. ¡Si es que se quiere arreglar! Aquí no valen consignas políticas ni las organizaciones agrarias pueden buscar tajada.
Quien además de no denunciar lo denunciable, los 42 millones de euros que faltan en las cuentas de Fedeoliva, insulta a banqueros, políticos y periodistas, además de equivocarse de diana, flaco favor le hace a su causa. Flaco favor hacen a su causa quienes escupen en la mano que le puede regalar un préstamo (los banqueros). Flaco favor hacen a su causa quienes amenazan a las administraciones públicas pese a que le pueden salvar la cuenta corriente, pagando la deuda (los políticos). Flaco favor hacen a su causa quienes se meten con quienes pueden convertir una cuenta de resultados negativa en una tragedia provincial (los periodistas). Puede que sea pura estrategia la amenaza y la coacción, pero con humildad y pidiendo perdón se abren casi todas las puertas de la vida.
A veces, de la libertad de expresión
mejor no hablar porque no tiene precio.
Crónica de la Semana por Juan Espejo
Una cosa es no querer molestar y otra molestar queriendo. A veces, ni lo uno ni lo otro, porque no hay verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira. Sigo con la misma cantinela, sin ánimo de molestar, digo que Fedeoliva no es un problema de todos, es un problema creado por un grupo de cooperativas que hizo causa común para ganar dinero vendiendo aceite, legítima aspiración donde las haya.
Sobre quien tiene la llave del futuro de Fedeoliva, los bancos, no habría que rociar más que buenas palabras.
Fedeoliva no es un problema de todos, es un problema creado por la pésima gestión de un equipo directivo que ha dejado en la estacada a varios miles de olivareros, que ni antes quisieron saber de cuentas ni ahora quieren débitos. Fedeoliva no es un problema de todos, es un problema de los bancos y las cajas de ahorros que confiaron ciegamente en unas personas de las que no se debieron fiar tanto. Por todo eso y también porque la sociedad de Jaén sabe, conscientemente, que los olivareros ni son tontos ni quieren peleas inútiles es por lo que reitero que Fedeoliva no es un problema de toda una provincia, por el que todos, vía impuestos, tengamos que cargar. Es un problema grave que hay que afrontar con cintura, imaginación y mucha mano izquierda, mucha. ¡Si es que se quiere arreglar! Aquí no valen consignas políticas ni las organizaciones agrarias pueden buscar tajada.
Quien además de no denunciar lo denunciable, los 42 millones de euros que faltan en las cuentas de Fedeoliva, insulta a banqueros, políticos y periodistas, además de equivocarse de diana, flaco favor le hace a su causa. Flaco favor hacen a su causa quienes escupen en la mano que le puede regalar un préstamo (los banqueros). Flaco favor hacen a su causa quienes amenazan a las administraciones públicas pese a que le pueden salvar la cuenta corriente, pagando la deuda (los políticos). Flaco favor hacen a su causa quienes se meten con quienes pueden convertir una cuenta de resultados negativa en una tragedia provincial (los periodistas). Puede que sea pura estrategia la amenaza y la coacción, pero con humildad y pidiendo perdón se abren casi todas las puertas de la vida.
A veces, de la libertad de expresión
mejor no hablar porque no tiene precio.
1 comentario
Pedro -
Este "señor" nos insulta a pesar de que le estamos dando de comer a cambio de escribir ofensas a los olivareros de Jaén.