Pablo Casado pregonó la Semana Santa defendiendo las tradiciones y el patrimonio religioso
El pasado sábado, el historiador y arqueólogo local Pablo Casado Millán, pregonó la Semana Santa porcunense en el excelso marco del salón de la sacristía de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Porcuna. Con el salón lleno y con representación de todas las hermandades de pasión, el solemne acto estuvo presidido por el párroco de la localidad, Jesús Millán, y por la presidenta de la Agrupación de Cofradías local, Soledad de la Torre. Como es costumbre, el pregonero anterior, Juan Pérez, presentó brillantemente a Pablo Casado, quien es muy conocido en el pueblo por su labor de arqueólogo y por su destacada participación en la Semana Santa del municipio al cargo de la Muy Ilustre y Venerable Cofradía y Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad, Santísimo Entierro de Cristo y Virgen de las Angustias.
Con voz “fuerte, pero ronca y quebrada”, el pregonero afirmó que este era uno de los días más felices y más serios de su vida, ya que “no todo el mundo tiene la suerte de proclamar lo que hace, piensa y sueña después de una fructífera etapa personal como creyente”. Pregonó la Semana Santa desde sus vivencias como cofrade, sin renunciar a su profesión “para valorar muchas cosas” y subrayó, al principio, que “este pregón quiere ser tiempo de reflexión y memoria, pero también de catequesis de valores, aliento al trabajo y lucha por el futuro”.
Reconoció que la Semana Santa para él “es un alto en el camino, una parada en la vorágine del estrés y el quehacer cotidiano, para reencontrarse con los valores humanos: el amor, la ayuda, la paz…, con mis amigos, con la tradición, con mi pueblo…; una renovación en nuestras relaciones fraternas, de nuestros compromisos de amistad, de creer en las personas que te rodean, de nuestra disposición al servicio de la Iglesia”.
Evocó y recordó emocionado a su familia, amistades y personas que han influido en su vida, trabajo y formación de creyente.Exaltó magistralmente a Porcuna de la que dijo que “es un sentimiento, es algo que no cabe en el corazón, es una manera de entender las cosas que hemos heredado de nuestros antepasados y hemos generado nosotros”.
Hizo memoria de la Semana de Pasión de antaño que calificó como “empobrecida y desilusionada” e hizo un repaso por la actual señalando “un momento sublime de cada imagen con una referencia a los Evangelios y en un lugar de Porcuna”.
“A la madre, a la solera del vino se le echó vino joven fermentado y trabajando con el reposo de los años se creo un excelente vino”, con esta metáfora clásica auguró un futuro positivo para la Semana Mayor porcunera, donde refutó la decadencia que alguna gente ve en ella, “por ganas más que por realidad”.
Y concluyó con una defensa por las tradiciones y del Patrimonio de la Semana Santa donde “hay que evolucionar desde el respeto a lo que nos han legado, hay que mantener, conservar, cuidar, custodiar, salvaguardar, etc. para que nuestros hijos puedan estar orgullosos de lo que nosotros no podemos estarlo. La consideración por el arte y el patrimonio de nuestra Pasión, Muerte y Resurrección debe guiarnos en conservar y proteger lo existente y tener buen criterio y sentido para adquirir novedades, de tal manera que los avances sean firmes”.
Foto: ARQVIPO
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