Porcuna celebra de manera ferviente la festividad de San Marcos
Un santo muy popular en el municipio. San Marcos se presentó esplendoroso ante el pueblo de Porcuna en el día de su festividad. Con el toque incesante de la campana de su ermita, estadillo de cohetes, toques de tambores y cornetas, el santo fervoroso hacia su salida a las ocho en punto de la tarde. Los aplausos de cientos de vecinos, que esperaban en los aledaños del santuario, le daban la bienvenida. El Evangelista a hombros de cuatro anderos estuvo acompañado en todo su recorrido por los hermanos mayores, Eugenio López García y Fina López Arenas, la alcaldesa Ana María Moreno, autoridades locales, miembros de la cofradía, devotos y chiquillos. La procesión se encaminó hacia la iglesia parroquial, donde se celebró una misa en su honor, para más tarde volver a su iglesia recorriendo el itinerario de costumbre. La Banda de Cornetas y Tambores "Virgen de las Angustias" puso las notas musicales de la comitiva. Antes de encerrar al santo, de nuevo en su ermita, se quemó una colección de fuegos artificiales, que dio comienzo a la verbena popular. La fiesta estuvo precedida del Santo Rosario y Triduo, celebrado durante la semana pasada.
Bajo el fuego purificador. En honor al santo, la noche del sábado anterior, al lado de la ermita chiquillos y vecinos del barrio quemaron el tradicional y ancestral chisco de San Marcos con trastos, enseres y objetos inservibles. Aunque dista mucho de antaño, esta tradición resiste a perderse. Los viejos y no tan viejos tienen aún en el recuerdo esta arraigada tradición de Porcuna, cuando los muchachos de los barrios iban por las calles los días anteriores recogiendo y acarreando todo aquello que ardiera. Luego, en las vísperas a la festividad, se montaba el chisco por la tarde. Al caer la noche, se le prendía fuego, mientras vecinos y chiquillos cantaban a corro alrededor de las luminarias canciones populares y letanías en honor al Santo. Era la excusa perfecta para bailar, cantar y charlar alrededor del resplandor de la lumbre. Cuando el fuego estaba ya en las brasas y los rescoldos dispersos, los más atrevidos lo saltaban una y otra vez. Famosos eran los chiscos de la plaza Cerrajeros, el de Jesús, el del llanete Altozano, el de la calle Mesón y el de San Marcos, entre otros. Y aunque hoy no son lo que eran , el ánimo de los que se congregan alrededor de los mismos, para honrar a San Marcos, sigue siendo el mismo de siempre.
Bajo el fuego purificador. En honor al santo, la noche del sábado anterior, al lado de la ermita chiquillos y vecinos del barrio quemaron el tradicional y ancestral chisco de San Marcos con trastos, enseres y objetos inservibles. Aunque dista mucho de antaño, esta tradición resiste a perderse. Los viejos y no tan viejos tienen aún en el recuerdo esta arraigada tradición de Porcuna, cuando los muchachos de los barrios iban por las calles los días anteriores recogiendo y acarreando todo aquello que ardiera. Luego, en las vísperas a la festividad, se montaba el chisco por la tarde. Al caer la noche, se le prendía fuego, mientras vecinos y chiquillos cantaban a corro alrededor de las luminarias canciones populares y letanías en honor al Santo. Era la excusa perfecta para bailar, cantar y charlar alrededor del resplandor de la lumbre. Cuando el fuego estaba ya en las brasas y los rescoldos dispersos, los más atrevidos lo saltaban una y otra vez. Famosos eran los chiscos de la plaza Cerrajeros, el de Jesús, el del llanete Altozano, el de la calle Mesón y el de San Marcos, entre otros. Y aunque hoy no son lo que eran , el ánimo de los que se congregan alrededor de los mismos, para honrar a San Marcos, sigue siendo el mismo de siempre.
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antonio -
Ferrero -