El porcunés Fernando González, presidente de los vecinos del Carmelo
Extraído del Diario Jaén del 11/02/05
La gente del Carmel tiene nervios y miedo
Sociedad .- Nacido en Porcuna, preside la asociación de vecinos
Los vecinos del barrio barcelonés del Carmel comienzan a asumir poco a poco la tragedia ocasionada por el socavón. Muy a su pesar, Fernando González ha saltado a la primera plana de la actualidad informativa. Preside la Asociación de Vecinos del Carmel y estos días no da abasto para atender a todos los medios de comunicación. Su agenda está repleta de citas con periodistas que desean entrevistarle, aunque reconoce que atender la llamada de Diario JAEN le hace especial ilusión. Fernando González es de Porcuna, pero la situación económica le obligó a dejar su pueblo cuando sólo tenía diecinueve años.
Se marchó a Barcelona y se instaló en el domicilio de la que años después se convertiría en su esposa. Ella, también de Porcuna, ya había emigrado con anterioridad a Cataluña en compañía de su familia. Fernando González ha pasado casi toda su vida en el Carmel, el barrio en el que nacieron y residen mis cuatro hijos, comenta. Según explica, en la zona afectada reina la confusión y la gente tiene nervios y miedo.
El socavón ha obligado a 1.056 vecinos a abandonar sus viviendas. Ochocientos se hospedan en hoteles y casi trescientos lo hacen en los domicilios de familiares. Este es el caso del presidente de la asociación vecinal, que ahora reside con una de sus hijas. A sus casi setenta y un años, la vida le tenía deparado un obstáculo más en una carrera que, según reconoce, no ha sido fácil. Primero tuvo que dejar su tierra porque Porcuna sólo le ofrecía la posibilidad de dar jornales en un cortijo.
Luego, una vez en Barcelona, ha llevado una vida de trabajo infatigable en la construcción y en la industria. Además, el franquismo también le hizo vivir momentos amargos. Después de muchos avatares, fundó una cooperativa de maquinaria y su talante emprendedor le animó a crear otra cooperativa similar en su pueblo. Mantuvo conversaciones con el alcalde de Porcuna y con profesores de Tecnología del instituto y todo parecía que iba por el buen camino. Sin embargo, su idea empresarial no siguió adelante. Descubrió que sus paisanos sólo quieren olivos.
Fernando González asegura que no es de los que olvidan. Por ello, Porcuna siempre está en su mente, aunque sus visitas son esporádicas. La última fue el pasado mes de septiembre para asistir al entierro de su madre, que falleció con más de noventa años. Pero, en Porcuna continúan otros familiares y recuerdos imborrables.
Mercedes Valverde / Jaén
La gente del Carmel tiene nervios y miedo
Sociedad .- Nacido en Porcuna, preside la asociación de vecinos
Los vecinos del barrio barcelonés del Carmel comienzan a asumir poco a poco la tragedia ocasionada por el socavón. Muy a su pesar, Fernando González ha saltado a la primera plana de la actualidad informativa. Preside la Asociación de Vecinos del Carmel y estos días no da abasto para atender a todos los medios de comunicación. Su agenda está repleta de citas con periodistas que desean entrevistarle, aunque reconoce que atender la llamada de Diario JAEN le hace especial ilusión. Fernando González es de Porcuna, pero la situación económica le obligó a dejar su pueblo cuando sólo tenía diecinueve años.
Se marchó a Barcelona y se instaló en el domicilio de la que años después se convertiría en su esposa. Ella, también de Porcuna, ya había emigrado con anterioridad a Cataluña en compañía de su familia. Fernando González ha pasado casi toda su vida en el Carmel, el barrio en el que nacieron y residen mis cuatro hijos, comenta. Según explica, en la zona afectada reina la confusión y la gente tiene nervios y miedo.
El socavón ha obligado a 1.056 vecinos a abandonar sus viviendas. Ochocientos se hospedan en hoteles y casi trescientos lo hacen en los domicilios de familiares. Este es el caso del presidente de la asociación vecinal, que ahora reside con una de sus hijas. A sus casi setenta y un años, la vida le tenía deparado un obstáculo más en una carrera que, según reconoce, no ha sido fácil. Primero tuvo que dejar su tierra porque Porcuna sólo le ofrecía la posibilidad de dar jornales en un cortijo.
Luego, una vez en Barcelona, ha llevado una vida de trabajo infatigable en la construcción y en la industria. Además, el franquismo también le hizo vivir momentos amargos. Después de muchos avatares, fundó una cooperativa de maquinaria y su talante emprendedor le animó a crear otra cooperativa similar en su pueblo. Mantuvo conversaciones con el alcalde de Porcuna y con profesores de Tecnología del instituto y todo parecía que iba por el buen camino. Sin embargo, su idea empresarial no siguió adelante. Descubrió que sus paisanos sólo quieren olivos.
Fernando González asegura que no es de los que olvidan. Por ello, Porcuna siempre está en su mente, aunque sus visitas son esporádicas. La última fue el pasado mes de septiembre para asistir al entierro de su madre, que falleció con más de noventa años. Pero, en Porcuna continúan otros familiares y recuerdos imborrables.
Mercedes Valverde / Jaén
4 comentarios
Inma Santiago Zumaquero -
gabriel doblas moreno -
anonimo -
Ferrero -